El país de los toraja
En la sociedad de los toraja, el ritual funerario es el evento más elaborado y costoso. Cuanto más rico y poderoso es la persona, más caro es su funeral. En la religión aluk, sólo los nobles tienen derecho a una gran fiesta. Al funeral de un noble normalmente asisten miles de personas y dura varios días. Un lugar ceremonial, llamado rante, se prepara en un campo con espacio para los asistentes, almacenes de arroz, y otras estructuras funerarias que son construidas por la familia del fallecido. Música de flautas, cantos de réquiem, canciones, poemas y llanto son las expresiones tradicionales de los toraja ante el dolor, con excepción de los funerales de los niños y de gente con escasos recursos.
Estas ceremonias a menudo tienen lugar semanas, meses o incluso años después de la muerte de alguien, ya que las familias necesitan fondos suficientes para costear estos rituales. Los toraja creen que la muerte no es algo repentino, un evento abrupto, sino más bien un proceso gradual hacia “puya” (el país de las almas). Durante el periodo de espera, el cuerpo del fallecido se envuelve en varias capas de tela y se mantiene en el tongkonan (casa). El alma del fallecido se acostumbra entonces a merodear en la aldea hasta que el funeral se celebra, tras lo cual por fin puede comenzar su viaje a “puya”.
El país de los toraja es, además de un centro cultural único en el mundo, un lugar de enorme belleza paisajística y arquitectónica. Esta combinación de elementos, hace que sea un lugar de paso obligado en cualquier viaje a Indonesia.